22.4.04

Amor es... cólicos en el corazón...

La intranquilidad entra por la puerta grande y se instala en mi casa. Lleva tiempo sentada en mi sillón, leyendo mis libros, hablando con mis amigos. Cuando cocino me platica al oído y por su culpa tengo algunas cicatrices por descuidos al cortar cebolla.
La he echado de la casa varias veces, pero me entra la curiosidad y me asomo por la ventana, ella no se hace esperar y en cuanto la veo vuelve a entrar tomando como viaducto mis ojos, recorre mis venas y se instala de nuevo.
He resuelto dormir con ella, que me acompañe a las compras, que me aconseje qué hacer. A pesar de todo, no me he acostumbrado completamente. Aveces, sin razón, comienzo a sollozar y las lágrimas se convierten en llanto, en gritos, en desesperación; aveces extraño a la paz que he perdido sin esperanza de volverla a encontrar.
Mientras, ella sigue ahí mirándome, sentada en mi sillón.