3.7.09



Kitchen, Banana Yoshimoto.



Antes de comprar el libro me tomé la tarea de buscar en internet algunas críticas, para saber a lo que me atenía al comprarlo. En general, por no decir que todo, lo que encontré fueron críticas muy buenas. Decían que Yoshimoto mezcló lo contemporáneo con el Japón tradicional, que el libro es muy fresco, literatura de vanguardia. A mí no me lo pareció. Tal vez, como explico en mis post's anteriores, sea porque no conozco mucho de la tradición japonesa, ni de su literatura. Más adelante podré comprobarlo, cuando traduzcan la literatura japonesa al español y que estas ediciones no sean casi imposibles de conseguirlas, ya sea por el tiraje o por los costos.

He de decir que lo leí y se me acaba de perder... había subrayado frases muy buenas que ya no podré citar por su ausencia. Lo que rescato del libro es que al final venía un cuento que, según explica la autora a manera de epílogo, lo escribió para ejemplificar su tésis. El cuento es muy bueno y se nota una madurez que no hay en Kitchen. En la novela no cierra ningún personaje, sino que todo lo deja abierto. De hecho pensé que el cuento era un capítulo de la novela, hasta que me di cuenta que era algo totalmente distinto y en la red encontré que otros lectores tuvieron la misma confusión. La misma Yoshimoto explica en el epílogo que ella considera la novela inmadura.
La novela en sí no es mala, pero a mi gusto es demasiado sentimentalista. En cada página por lo menos menciona la palabra corazón unas dos veces y creo que no explota la historia de la cual podría sacarle mucho jugo, pero sólo se queda en el nivel del sentimiento, cosa que, me imagino, no es malo pero en mí no causó mayor efecto.
Lo que sí recomiendo es el cuento Moonlight Shadow. En este relato sí me parece que encierra dos tradiciones japonesas distintas, el argumento es muy bello, el lenguaje adecuado y vibrante y la trama se cierra. De manera que el cuento está muy redondito.
Bueno, descanso un poco de Japón aunque todavía tengo una larga lista que leer de literatura Nipona. Comencé a leer La sombra del viento de Ruiz Zafón, más que por placer, por morbo, por saber qué cosa del libro hizo que se vendiera como pan caliente, pero llegué hasta la mitad. Cuando terminé de leer la página 260 me di cuenta que no podía seguir perdiendo mi tiempo de lectura, habiendo tantos libros extraordinarios esperándome. No entiendo todavía qué cautivó a millones de lectores, qué los mantuvo hasta el final de las quinientas y pico de páginas que contiene el libro. Yo, hasta donde llegué, no me atrapó ni la trama, ni el lenguaje, ni la estructura, ni nada. No pierdan el tiempo, ni el dinero.
Nota: comienzo esta semana leyendo Giros negros de Enrique Serna. De principio pinta muy bien. Ya les contaré.