mis labios (espesos?) se aprietan y levantan hasta formar un puchero infantil (inconsciente), me doy cuenta y los separo, una sonrisa muy delgada los recorre y desaparece como viene.
¿nuevo?
no, no hay nada de nuevo, lo mismo, la misma confusión. Por lo menos me gusta pensar que cada acto es una nueva certeza o una antigua certeza recuperada.como un gato voy recostando mi cuerpo tibio, toco el terreno y me aseguro de que sea blando, agradable al tacto....
espero no equivocarme
como un gato celo mi intimidad y me la guardo en una garra. Aquí está, si la puedes atrapar...
La verdad es que...
no quiero escribir
2 comentarios:
Genial
genial
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