DIJO QUE SI...
y su futuro fue revelado al instante ante sus ojos, sobre su cuerpo frágil. Entonces sintió todo lo que le faltaba por sentir: el doloroso parto, un niño sobre sus brazos, el aliento del insulto, la fragilidad de la muerte de alguien amado. Vio la inteligencia de una máquina, la puesta de sol de oriente, sus manos ya viejas y arrugadas, la tranquilidad de la muerte. Escuchó el grito de terror, la música alegre de una funeraria y el roer de ratones corriendo entre sus pies. Olió un vino afrutado, el mar a las 5:00 de la mañana, el tabaco en el aliento de él. Pisó piedras calientes, arena fresca, roca calisa, sentimientos verdaderos
Dijo que sí.
Y no se arrepintió.
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