MUERO

Sola, con mis tristezas en la espalda, caen sobre mi como rocas que se incrustan en mi piel.

Sola, sí, y una verdadera soledad, soledad de cuerpo, soledad de alma, soledad de mente, soledad de muerte.

Muero, muero en un ambiente que no había conocido y, paradójicamente, moría por conocer. Muero por desengaño de ver lo que realmente soy, lo que realmente valgo, lo que realmente puedo hacer.

Sola y mi tristeza me va hundiendo más, se va colando por mis poros y me recorre las arterias llevándola a cada rincón de mi ser.

Me muero y no es precisamente de amor, muero de desamor, de ansiedad nocturna, de desveladas mañaneras, de hambre. Hambre de comida, de hablar, de escuchar, hambre de mi cuerpo por el tuyo, hambre de tus sollozos . Muero y sin familia, sin pareja, sin gato, sin teléfono (para poder avisarle a alguien), sin cada. Soy exiliada de la vida, exiliada de tus deseos, exiliada de tu patria y de tu cuerpo. Dejo de respirar poco a poco y lento me convierto en nada, en cenizas de tus recuerdos.

Muero por la distancia que nos invade, muero por tus palabras agonizantes, por tu indiferencia palpable, muero porque es lo único que sé hacer. Sé morir, sé padecer, se decir que la vida es una mierda, se pensar que la vida es un cárcel de la cual sólo la muerte nos puede librar. Sólo ella nos salva de la crueldad de vivir y de sentir asco por nosotros mismos: los humanos. Seres que se dicen "humanos"vaya modestia del animal pensante! su ideología mediocre y estúpida consecuente de sus acciones.

Sola entre humanos. Soy animal, irracional, iracunda, ofensiva, agresiva, rebelde y solitaria. Mi vida diaria de sombras que oscurecen mi "porvenir" del que tanto se habla, pero que en realidad nadie conoce. Soy animal y soy triste, no es algo pasajero, es algo constante, siempre está ahí en los momentos te gozo me acompaña fiel.

Soledad, irracionalidad y muerte. Muero como jamás pensé: entre mi propio vómito, muero como ella jamás creyó, voy muriendo y siento como ella se va apoderando de mi, de mis pocas ilusiones, de mis pocas esperanzas de vida efímera o eterna, muero con los agobios que tiene la vida, muero y me llevo de ella la mugre del mundo, el hambre, la sed, la pasión, la insensibilidad. Muero acompañada de mi soledad, en un cuarto sucio, con los platos sin lavar, son el teléfono cortado, con un mal sueldo y con deudas hasta el cuello. Muero sin paciencia y sin sueño, muero desesperada por morir, porque llegue mi juicio que será jamá despertar del vacío, de la nada.

La efímera vida, la esperanza de la liberta, la soledad fiel y la verdad: la muerte.