En un momento intuyó que sólo era para ver su reacción, que se trataba de una broma. Sus ojos serios la sacaron de la mentira, era cierto, estrañaba a Maglia y el dolor no se hizo esperar.
Buscó excusas y encontró objetos; buscó razones y hayó misterios. Cada quien encuentra lo que busca, no en esta ocasión.
La opción más cercana a sus posibilidades estaba a la vuelta de su casa, en una esquina, en un bar, pero optó por dormir profundamente en una cama de clavos. "Súsurrale en las noches, lluévete en el día, Maglia desaparecerá, quémalos, espántalos" decía entre sueños.
Con las persianas entreabiertas apagó la luz y antes de soñar un ruido escuchó. Bajo la ventana dos cuerpos incendiados entre la brisa de media noche daban luz a su ilusión: son ellos Rito-Maglia, quemándose. Y ríe entre lágrimas de felicidad contenida, mientras se recuesta en su lecho frío.

Al día siguiente encuentras las cenizas de una oscura pasión, las recoges con tus muñecas vendadas y las desayunas con café.
Nada pasó, Rito-Maglia dentro de ti, juntos, no te invitan a su festín.
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