9.12.05
















Una calma aparente
.

Una tranquilidad sincera
regresa a mis huesos
se refugia en mi piel.
No más pesadillas,
no más temblores en las noches
no más sufrimiento en mi correo
pero el corazón sigue latiendo a un ritmo de muerte.
El sentimiento no se separa de mi,
pero ahora puedo estar tranquila
sabiéndote aquí
sabiéndote tan mío y tan de nadie,

tan tu sin dejar de ser yo.