4.12.12

No a los analgésicos

Por favor, prohiban la venta de analgésicos. Son una aberración. Un engaño. Una droga. Así nomás: una droga. Qué finalidad tiene una medicina que lo único que hace es sedar el dolor. La enfermedad sigue ahí. Esparciéndose. Pudriendo el cuerpo. Y los analgésicos son sus cómplices. Lo único que hacen es que uno crea que el dolor se ha ido. Y con él la enfermedad. Que ya hay un progreso. Un avance. Pero entonces pasan las horas. Disminye el efecto. Y tarán! El dolor sigue ahí. Tras el velo fino del analgésico. Entonces uno ya no sabe. Si no sentir dolor es bueno. O sólo es un autoengaño. Teme el pasar de las horas. Darse cuenta que sigue igual de enfermo. O peor.
Por favor. Prohiban los analgésicos. Por eso las personas se hacen adictas. Me duele la cabeza. Una aspirina. Me duele el estómago. Paracetamol. Tengo cólicos. Ibuprofeno. Y así. Sólo escondiendo el dolor. Sin jamás llegar al origen. Por qué. Por qué duele. El cuerpo trata de hablarnos. Cállate. No opines. Aquí te va tu analgésico. Si la gente sufriera realmente sus dolores se daría cuenta de lo que hace mal en la vida. Atáscate de comida y después toma un sal de uvas. Adormécelo para que tu estómago no sepa lo que le pasa hasta que tenga una sonda clavada en su interior.
Por eso, mi lema, desde la invalidez de mi cama, con almohadas en la espalda, es "no a los analgésicos". No a la estupidización del cuerpo humano. Hagámonos responsables de nuestros dolores. Sociales. Emocionales. Corporales.
Pon fin. Fin a la Era de los Analgésicos.

No hay comentarios.: