24.2.13

Mi padre. Mi madre.


Trato de recordar qué me enseñó mi padre. Qué aprendí de él. No lo recuerdo. Me esfuerzo. Analizo cada hecho. Cada movimiento. Sus miradas casi olvidadas. Tenía los ojos café. ¿Eran claros? ¿Rojizos? Su cabello ondulado. Su sonrisa. Siempre sonreía. Debo haber aprendido algo que no aprehendí.

...

Los pasajeros a mi alrededor de desdibujan. Antes me costaba leer porque iba atenta a sus gestos. A sus pláticas. Como si yo viniera de otro mundo. Como si estuviera sentada en el aeropuerto y observara a la gente apresurada que arrastra sus maletas. Ahora son sólo siluetas. No me importan sus opiniones. Sus miradas. Sus asombros. Son entes que deambulan en una urbe carcomida por el tiempo.

...

Desapego emocional.
La última vez que lo visité. Julio de 1998. No tenía tiempo para sacarnos a turistear a mi hermana y a mí. Así que tomó un mapa de guía roji y un billete de quinientos pesos. Ustedes están en este punto, dijo señalando el mapa. Visiten lo que quieran de la ciudad. Yo tenía quince años. En una gran ciudad desconocida. No existían los celulares. Sólo regresen antes del anochecer. Ni siquiera nos preguntó a dónde iríamos. Si pasaba por nosotros. Si sabíamos utilizar el metro. Las líneas de microbuses. Un mapa y quinientos pesos. Desapego.

...

Me paso de mi estación más cercana de metrobús. Conscientemente. No. No soy vengativa. De alguna o de otra manera las cosas siempre toman su rumbo. La venganza es como tratar de encausar un río con costales de arena. En algún momento termina por desbordarse. Solito. Por pura naturaleza. Qué caso tiene desgastarse en los costales. Mejor aléjate del río que tarde o temprano tomará su cauce. Aléjate. Antes de que sea demasiado tarde.

...

Dejar ser.
Mi primera peda fue en Acapulco. Tenía catorce años. Salí con mi hermana a un antro. Barra libre para mujeres. Y la niña pidió todo lo que había en la carta. De regreso al hotel, toda la noche en vela. Vomitando. Él se dio cuenta. En vez de regañarme se burlaba cariñosamente de mi situación. Los siguientes días sólo pedí agua natural. Dejar ser.

...

Reconozco esas características. Y camino. Por las mismas calles de hace quince años. Ahora sin mapa en mano. Reconozco su mezcla. Mi padre. Mi madre. Unidos en una sola persona. Desapego apegado. Dejar ser con sus reglas. Positivo negativo.

Tú eres. Mi padre. Mi madre.

No hay comentarios.: